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Espera, por favor
La historia la hacen las personas. Las palabras que pronunciaron, los actos que llevaron a cabo... muchas cosas siguen siendo un misterio. Y quizá siga siendo un misterio para siempre. El misterio de esta noche sigue oculto para nosotros, como ocurre con el maestro. Pero sin duda serán caras conocidas, cuyas biografías se han descrito miles de veces. Pero Radzinsky ve de algún modo en estas biografías una nueva trama.
Un montón de pequeños detalles y detalles disparatados se entretejen magistralmente en una dramaturgia nueva, tan compleja, tan bella. Ante nuestros ojos se despliega una imagen increíble de lo que ocurrió hace muchos años. Y se levanta el velo del misterio.
Radzinsky comienza con decisión, sin titubeos, con su sonrisa de "Cheshire", con esas entonaciones tan familiares. Con pausas calibradas, durante las cuales toda la sala no oye ni un murmullo ni un ocre. Pausas, interrumpidas exactamente cuando la respiración, sincronizadamente contenida por la sala, ya no puede contenerse más. Y la magia te envuelve desde las primeras palabras, precisas, magistralmente construidas, impresas ya en la historia, en la literatura, en la eternidad.
Por eso, por supuesto, el público acude no por un tema concreto, sino "por Radzinsky". Al fin y al cabo, su actuación es una oportunidad única de sumergirse en el pasado, de sentirlo, de comprender a través de él el presente y, tal vez, de prever el futuro.
Edward Radzinsky es escritor, dramaturgo, autor de decenas de obras de teatro y guiones, así como de libros de divulgación sobre la historia de Rusia. Sus libros se han traducido al inglés, alemán, español, griego y otros idiomas, y se han convertido en bestsellers mundiales.